
Se vierte un litro de agua hirviendo sobre una olla de tres litros llena de pétalos de rosa. Después de macerar dos horas se filtra el líquido y se pone al fuego con 750 gramos de azúcar blanco y el jugo de medio limón. Se disuelve el azúcar removiendo a fuego suave, y después se cuece a fuego vivo sin remover durante veinte minutos o hasta que la jalea alcance el punto de asentamiento (cuando dejando caer una gota sobre un plato mantiene su forma pero al enfriarse sigue blanda). Se envasa en tarros estériles que se cierran una vez fríos. A los ingleses les gusta decir que una buena jalea debe quedar tan transparente que se pueda leer el periódico a su través.



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